Los estadios del Mundial 78 fueron seis. Seis sedes distribuidas en cuatro provincias: Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Todos estuvieron rodeados de centros clandestinos de detención en donde antes, durante y después del campeonato permanecieron cautivas víctimas de los delitos de lesa humanidad cometidos por la última dictadura cívico militar. El Ente Autárquico Mundial (EAM) reformó los estadios de River Plate y Vélez Sarsfield en la Ciudad de Buenos Aires; y el de Rosario Central, en Santa Fe, y ordenó la construcción, especialmente para la ocasión, de otros tres: el estadio José María Minella, en Mar del Plata; el Malvinas Argentinas, en la ciudad de Mendoza, y el Chateau Carreras, en Córdoba. Estas tareas nutrieron el elevado presupuesto destinado al campeonato del Mundo, que alcanzó los 520 millones de pesos.

Mar del Plata - Estadio José María Minella

El estadio mundialista de Mar del Plata fue construido por las empresas Sebastián Maronese e Hijos y Crivelli Cuenya Construcciones. Según el libro El mundialista, de Juan Carlos Morales (2004), las obras comenzaron en octubre de 1975 en un sector del Complejo Municipal de Deportes “Teodoro Bronzini” (Av. de las Olimpiadas 760, Peralta Ramos Oeste, Mar del Plata, Buenos Aires) y su capacidad, según registros oficiales, es de 35.180 localidades distribuidas entre las plateas norte y sur, de escalones de cemento; y otro sector de plateas cubiertas y descubiertas, con butacas numeradas y un palco.

El “José María Minella”, bautizado en homenaje al futbolista y director técnico nacido en Mar del Plata, está ubicado a aproximadamente 30 cuadras de, por lo menos, cuatro centros clandestinos de detención que funcionaron en la ciudad balnearia durante la última dictadura: el Cuartel de Bomberos (calle Salta entre Gascón y Alberti), la sede de Prefectura Naval, la Brigada de Investigaciones (calles Mitre y Rawson) y la Comisaría IV (calle Chile 2635).     

La cancha se inauguró en mayo de 1978 con un partido entre el seleccionado de Mar del Plata y un combinado de Tandil. El diario marplatense La Capital difundió el momento como “un día de fiesta en la ciudad”, “el día soñado”. Y definió al estadio “magnífico” como “otro desafío cumplido”. Como la mayoría de los medios de comunicación de entonces, La Capital era un acrítico reproductor de la voz de la dictadura que imperaba entonces. A pesar de los elogios, no todo salió “de punta en blanco”. Durante el campeonato hubo inconvenientes con el césped. La revista Somos informó que los panes de pasto se habían despegado en todos los partidos de la primera ronda. El jefe del estadio, coronel Raúl Berisso, le echó la culpa a la humedad. “Nunca desde 1904 hubo tanta humedad en Mar del Plata”, se excusó.

Durante el Mundial de Fútbol de 1978 se jugaron en el estadio José María Minella seis partidos: tres del Grupo 1, integrado por Italia, Francia, Hungría y Argentina; y tres del Grupo 3, compuesto por Austria, Brasil, España y Suecia. De esos ocho equipos, sólo Argentina no jugó en ese campo. Brasil, en cambio, jugó tres partidos. La época del año y la cercanía al mar convierten a Mar del Plata en un lugar especialmente húmedo y frío durante el invierno. Ningún partido se jugó antes de las 14. A pesar de eso, según contó Morales en su libro, ese país pidió la sede marplatense especialmente.

Mendoza - Estadio Malvinas Argentinas

El “Malvinas Argentinas” está ubicado en el corazón del Parque General San Martín, una de las atracciones turísticas de la ciudad capital de Mendoza, por encontrarse al pie de la Cordillera de los Andes. Con capacidad para alrededor de 42 mil espectadores, su construcción, a cargo del arquitecto uruguayo Rafael Viñoly, comenzó en 1976 y culminó muy poco tiempo antes del inicio del campeonato mundial. A escasos cuatro kilómetros de allí en dirección al centro de la capital provincial funcionaba, en aquellos años, el principal centro clandestino de detención y exterminio de Mendoza, la Dirección de Investigaciones de la Policía local, mejor conocido como D2. Hoy el lugar, en Av. Belgrano 179, fue recuperado como sitio de la memoria.

Además del estadio principal, la obra para el Mundial 78 incluyó una cancha de entrenamiento, la construcción y arreglo de rutas y caminos para llegar y salir del predio, y remodelaciones en el aeropuerto de la ciudad y sus playas de estacionamiento. El presupuesto inicial con el que se contó, según artículos periodísticos, fue de casi 61 millones de pesos.

El nombre que lleva hasta la actualidad fue puesto en 1982 a propósito del enfrentamiento armado que Argentina protagonizó junto a gran bretaña por el territorio insular. Hasta entonces, se llamó “Ciudad de Mendoza”. Fue inaugurado el 14 de mayo de 1978 con un partido entre equipos de Mendoza y San Rafael.

Argentina tampoco jugó en esta sede durante el Mundial 78. Holanda, Irán, Escocia y Perú, el Grupo 4 de la Copa, fueron los que disputaron posiciones allí durante la primera ronda. En la segunda ronda, se sumaron Brasil y Polonia.

Córdoba - Estadio Mario Alberto Kempes

El Mario Alberto Kempes es uno de los tres estadios que nacieron para el Mundial 78. Se construyó en la reserva natural Chateau Carreras, a unos 10 kilómetros de la ciudad de Córdoba, la capital de la provincia. De allí que se lo conozca como el “Chateau Carreras”. Su nombre original fue Estadio Olímpico Córdoba, pero tras el campeonato se lo rebautizó con el nombre del goleador de esa copa.

Su construcción comenzó en 1975 y estuvo a cargo del estudio de Arquitectura Sánchez Elía Peralta Ramos, ubicado en Buenos Aires, en sociedad con los arquitectos corbodeses Hugo Oviedo y Alberto Ponce. Colaboraron en los trabajos los arquitectos Pedro Facchin y Luis Marchesini.

Al igual que en Mendoza, en Córdoba las obras relacionadas con el Mundial de Fútbol 78 superaron a la construcción del estadio en sí. El EAM coordinó el emplazamiento de la autopista que une las ciudades de Villa Carlos Paz y la ciudad capital. Según informan Ana Mariani y Alejo Gómez Jacobo en el libro La Perla, el camino se construyó en terrenos donados por el Tercer Cuerpo del Ejército a Vialidad Nacional que, a cambio, prometió la construcción de una “casita” a la vera derecha de la ruta, “metros después del puente que lleva a Malaguer”, les contó Carlos Pez, ingeniero de una de las empresas que tuvo a su cargo la construcción de la autopista.

Esa “casita” fue poco tiempo después el centro clandestino de detención más grande de Córdoba y uno de los exponentes más terribles del terrorismo de Estado en el país. El Estadio está ubicado a 15 kilómetros de ese chupadero y a otros 15 del ex Departamento de Investigaciones de la Policía provincial, que también funcionó como centro clandestino de detención y exterminio durante la última dictadura, en Pje. Sta Catalina 66.

Según los registros oficiales, el estadio pudo albergar tras su inauguración, en mayo de 1978, a casi 48 mil espectadores. Décadas después fue remodelado y su capacidad, ampliada en casi 10 mil butacas. Un mes antes del Mundial de Fútbol ‘78, la selección argentina y un equipo de jugadores de la provincia estrenaron el campo de juego. Fue la única vez que el equipo nacional pisó el flamante estadio ya que no jugó allí ningún partido del campeonato mundial que finalmente ganó.

El “Chateau” fue sede de los grupos 2 y 4 durante la primera fase, escenario de los partidos entre Alemania Federal, México, Túnez, Perú, Escocia e Irán. El primero de todos contó con la visita del dictador Jorge Rafael Videla, que vio a Perú ganarle a Escocia por 3 a 1. En la segunda fase del Mundial jugaron allí Alemania Federal, Holanda y Austria.   

Ciudad de Buenos Aires - Estadio de Vélez Sarsfield

El Estadio “José Amalfitani”, instalado en el barrio porteño de Liniers, fue uno de los tres remodelados de cara al Mundial de Fútbol de 1978. A principios de 1977, el Ente Autárquico Mundial se hizo cargo del predio, que permaneció “en obra” hasta mayo del año siguiente. Durante ese tiempo, Vélez jugó como local en la cancha de Ferro.

Las principales obras consistieron en la construcción de una nueva platea en la tribuna sur del Estadio, una bandeja en la zona superior y la colocación de butacas en el sector inferior. Además, se colocó un tablero electrónico sobre la popular este (el mismo que se colocó en el resto de los cinco estadios mundialistas), se equipó al Estadio con un generador de electricidad, se acondicionó el césped del campo de juego y se mejoró el sistema de iluminación, entre otras modificaciones menores.

Los gastos por todos estos arreglos los absorbió el club a través de una hipoteca que pagó durante los siguientes 20 años. Las primeras cuotas, en la década del ‘80, fueron de más de 350 millones de pesos. La obra estuvo a cargo de los arquitectos Antonio Pérez y Ricardo Staricco, y el ingeniero Rodolfo Bramante.

El estadio se reinauguró el 23 mayo de 1978, con un partido amistoso entre Vélez y All Boys. Durante el Mundial se disputaron tres encuentros entre equipos del Grupo 3. Austria, España y Suecia. Está ubicado a menos de 5 kilómetros de por lo menos tres ex centros clandestinos de detención: el Grupo de Artillería de Defensa Antiaérea (GADA E101) de Tres de Febrero, en la provincia de Buenos Aires (entre las calles Carlos Pellegrini, Yrigoyen, Comesaña y Reconquista); Automotores Orletti (Gral. Venancio Flores 3519, CABA) y El Olimpo (Coronel Ramón Lorenzo Falcón 4250, CABA), donde estuvo secuestrado José Poblete, su compañera Gertrudis y su beba Claudia.

Ciudad de Buenos Aires - Estadio de River Plate

El Monumental fue la sede principal del Mundial de Fútbol ‘78. Allí se inauguró el campeonato, se jugó el primer partido y, también allí, Argentina ganó la final. El estadio del Club Atlético River Plate fue uno de los tres remodelados para el campeonato mundial.

El Estadio de Núñez fue el más utilizado durante la Copa del Mundo organizada por la dictadura de Rafael Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti. Argentina jugó cuatro partidos, incluida la final, allí, por donde también pasaron los equipos de Alemania Federal, Polonia, Hungría, Holanda, italia y Brasil. A pocas cuadras de allí, antes del Mundial de Fútbol ‘78, durante y después funcionó uno de los mayores centros clandestino de detención del terrorismo de Estado, la Escuela de Mecánica de la Armada.

Los costos de esas obras de remodelación fueron compartidos entre el club y el Estado. En agosto de 1976, la institución anunció un primer acuerdo con el Ente Autárquico Mundial para comenzar las obras que insumirían al club un monto final estimado de 130 millones de pesos y 110 millones extra que serían desembolsados por la dictadura militar, según figura en las memorias y balances económicos del club. Los montos crecieron porque los gastos excedieron lo planificado al comienzo de las obras así como también por los procesos inflacionarios que sufrió el país.

Las tareas fueron encaradas por el mismo estudio de arquitectos que llevó a cabo el proyecto original, Aslan y Ezcurra Asociados, según consigna el libro Redondo, celeste y blanco. Comenzaron en noviembre de 1976; reemplazaron la pista de atletismo, sumaron una tribuna alta sobre Almirante Brown que cerró en un anillo la herradura del estadio, realizaron escaleras externas para acceder a esa tribuna y el tablero electrónico. La capacidad del estadio alcanzó las 74.600 personas. Sobre la tribuna General Belgrano se estableció el sector de prensa.

Según el acuerdo firmado con el EAM, River cubriría esos gastos con ingresos del Prode, del alquiler del estadio y de un futuro préstamo a abonar “en cuotas sin interés”. En aquel convenio, de 12 artículos y dos anexos, el club se comprometió a cancelar ese crédito en 40 cuotas semestrales a partir del 1 de enero de 1979. River comenzó a abonar el crédito en diciembre de 1981 y continuó haciéndolo hasta junio de 2001. Según memorias económico financieras del club, las remodelaciones del estadio para el Mundial de Fútbol ‘78 fueron costeadas por la institución.

El acuerdo que firmó con el EAM en 1976 también fijó que, como River no pudo usar el estadio durante el tiempo que insumieron las obras —entre noviembre de 1976 y mayo de 1978—, el Estado compensaría a la institución con 170 millones de pesos. Según el balance económico financiero de River correspondiente al ejercicio 1976/1977, los prejuicios incluyeron la caída en la suscripción de las plateas y la venta de entradas por partido, debido a la imposibilidad de jugar de local en su estadio, baja en las concesiones y publicidades y disminución en el ingreso de cuotas sociales. Finalmente, la compensación económica nunca llegó. Tras el Mundial, en noviembre de 1978, el club debió renunciar a esa cláusula del acuerdo con el EAM para que la dictadura le devolviera las facultades de uso del estadio.

Rosario - El “Gigante” de Arroyito

El Estadio propiedad del Club Atlético Rosario Central, de Santa Fe, fue junto a los de River y Vélez Sarsfield “reacondicionado” para convertirse en sede del Mundial de Fútbol ‘78.

El barrio de Arroyito es la casa de Rosario Central desde 1927, aunque formalmente el club fue dueño de ese terreno de casi 40 mil metros cuadrados donde está la cancha desde mediados del siglo pasado.

En 1976, el Ente Autárquico Mundial designó al Gigante de Arroyito como una de las seis sedes para la Copa del Mundo de la que Argentina sería anfitrión en 1978. Para entonces, el estadio contaba con tribunas bajas, dos codos y la mitad de la platea alta.

Según cuenta el periodista rosarino Carlos del Frade en su libro La Ciudad Goleada. Fútbol, lavado de dinero y poder, la cancha de Rosario Central fue seleccionada como sede mundialista luego de que la dirigencia del club, entonces a cargo de Osvaldo Rodenas, le cediera a la dictadura el predio de la quinta “La Buena Vista”, ubicado en el pueblo aledaño de Granadero Baigorria, donde funciona una de las ciudades deportivas del club. En manos del Ejército el lugar se convirtió en La Calamita, un centro clandestino de detención por donde pasaron, se calcula, unas 100 personas. Lo separan unos 10 kilómetros del Gigante de Arroyito.

En el acuerdo, el EAM exigía una serie de remodelaciones al estadio rosarino que serían costeadas por el organismo organizador: para el Mundial de Fútbol ‘78, el Gigante de Arroyito estrenó tribunas populares altas, la platea alta completa, nuevas instalaciones de luz y el tablero electrónico. “Esto no fue gratis para el club”, cuenta la institución, que fue obligada a hacerse cargo del costo de la obra en cuotas abonadas durante varios años, como River.

Desde las remodelaciones para el campeonato mundial, la cancha de Rosario Central tiene capacidad para 41.500 personas. Durante la primera fase del Mundial de Fútbol ‘78 fue escenario de partidos disputados por Túnez, México y Polonia, integrantes del Grupo 2. En la segunda fase, los rosarinos pudieron ver en vivo y en directo al seleccionado nacional jugar contra Polonia, Brasil y Perú. Sí, el 6 a 0 a Perú se jugó en esta cancha.