La tarde del 1 de junio de 1978, el dictador Jorge Rafael Videla estaba parado en el centro del palco oficial del estadio Monumental, plena ceremonia de apertura del Mundial de Fútbol que comenzaba.
Tras casi una hora de desfiles con banderas de los 16 países que participaron del campeonato y de coreografías con las que centenares de estudiantes de educación física escribieron “FIFA” y “Mundial 78” en el campo de juego, Videla inauguró el “evento deportivo”, como lo calificó él, con un discurso.
El locutor de la cancha lo presentó como “teniente general, Don Jorge Rafael Videla, excelentísimo presidente de la Nación”. Era, por ese entonces, jefe del Ejército argentino y en su nombre hacía dos años que ocupaba la Presidencia por la fuerza, luego del golpe de Estado que protagonizó junto a Emilio Massera y Orlando Agosti. Los tres integraron la Primera Junta Militar de la última dictadura. La tarde del 1 de junio, compartieron palco.
La transcripción del discurso de Videla en la apertura del Mundial 78:
Señoras... Señores.
Hoy es un día de júbilo para nuestro país, la Nación Argentina.
Dos circunstancias concurren a ese efecto: la iniciación de un evento deportivo en escala internacional como lo es este Campeonato Mundial de Fútbol 78. Por otro lado, la amistosa visita de miles de mujeres y hombres procedentes de las más diversas regiones de la Tierra (que) nos honran hoy con su visita con la sola condición de su buena voluntad en un clima de afecto y de respeto recíproco.
Y es justamente la confrontación en el campo deportivo y la amistad en el campo de relaciones humanas que nos permiten afirmar que es posible, aún hoy en nuestros días, la convivencia en unidad y en la diversidad. Única forma para construir la paz.
Por ello... (aplausos).
Por ello pido a Dios, Nuestro Señor, que este evento sea realmente una contribución para afirmar la paz, esa paz que todos deseamos para todo el mundo y para todos los hombres del mundo. Esa paz dentro de cuyo marco el hombre pueda realizarse plenamente como persona con dignidad y en libertad.
En el marco de esta confrontación deportiva caracterizada por su caballerosidad, en el marco de la amistad entre los hombres y los pueblos, y bajo el signo de la paz declaro oficialmente inaugurado este onceavo Campeonato Mundial de Fútbol 78.
Muchas gracias.